Todos unidos por el deseo de descubrir y de poner toda nuestra atención en esta naturaleza que nos permite practicar nuestros deportes y nos pone a prueba. La tripulación es heterogénea, con una apretada agenda marcada por las reuniones y los deportes al aire libre.
Una aventura humana
Cargamos a bordo: parapente, paddle, equipo de escalada, windsurf, kitesurf y algo de buceo. ¡Es el punto de partida para una gran aventura humana!
Los objetivos son múltiples. Aunque queremos poner por delante al turismo sostenible, buscando el menor impacto, no queremos entrar en una práctica extrema. Debemos seguir siendo objetivos: nos ceñimos a la realidad turística actual, por lo que optamos por disfrutar plenamente de nuestra estancia, intentando al máximo no dejar rastro después de nuestra visita. A bordo, surgen los debates, entre el realismo y la utopía. El lugar óptimo del hombre en la naturaleza, que estamos dispuestos a aceptar, sigue siendo aún difícil de encontrar. Por un lado, nuestros deseos humanos difíciles de eludir y por el otro, nuestros significativos impactos en ella.
Parapente y velero: a la búsqueda del deporte
La navegación tiene esa magia de permitir observar las islas y de adivinar las posibilidades de vuelo. Pasamos de un elemento a otro, es una experiencia realmente agradable, ¡cambia mucho respecto al enfoque desde un coche!
En el parapente las posibilidades son numerosas. En las islas Dálmatas, la práctica nos parece muy poco desarrollada. Despegues y aterrizajes son escabrosos o improvisados, o ambos. La vegetación y el terreno rocoso y agresivo no nos facilitan trabajo. El tiempo no estaba siempre de nuestro lado, pero la ventaja de una isla es que ¡siempre hay barlovento!
Qué alegría supone encontrar, en una pequeña isla, térmicas que nos permiten subir a más de 1000 metros y ver un paisaje que corta el aliento.
Una aventura compartida
Con un equipo tan heterogéneo, lo cierto es que tenemos mucho que aportar. Cada uno tiene su tema favorito, así que todo es una invitación para compartir: navegación, diferentes deportes, cocina crudívora, conteo de peces alevines... Por no hablar de los encuentros con los lugareños en torno a su visión del desarrollo local y turístico.
Después de compartir sobre navegación, escalada, remo y otras actividades interesantes, era nuestro turno para compartir nuestra pasión por el parapente.
Como en todo aprendizaje, hay un comienzo y el suyo fue realmente magnífico. Fue un gran placer ver a la tripulación también encantada al descubrir la suspensión en el aire y divertirse con una vela por encima de su cabeza.