¡Una salida del puerto de Vannes llena de emociones!
¡Ya está aquí la salida! Laurent, Bérengère y sus dos niños han soltado las amarras de su embarcación a vela Zanzibar, una Sun Shine 36, para vivir el sueño de su vida.
Pequeña revisión a los últimos preparativos y las despedidas que marcaron este último día en Vannes.
EL GRAN DÍA: LOS ÚLTIMOS PREPARATIVOS
¡Ya está aquí el gran día! Lo hemos esperado tanto, preparado tanto… Estamos hoy a 17 de abril, el día de salida.
10h, acabamos de llegar a casa para terminar la limpieza y hacer los últimos preparativos.
13h, las últimas cosas se descargan a bordo. Tomamos la comida a la carrera para conseguir meterlo todo en la embarcación. Es un verdadero dolor de cabeza encontrar un lugar para cada cosa…
LAS DESPEDIDAS
Ya son las 17h30, los primeros invitados llegan para nuestra despedida. Nuestra Sun Shine 36 está amarrada en el pontón de honor en el puerto de Vannes.
Las mesas de camping, las botellas de sidra y los aperitivos están fuera. Amigos, familiares, colegas, niñera, maestra, directora y antiguos clientes se suceden para venir a deseamos un buen viaje y decirnos adiós.
Estamos abrumados por tantas atenciones, bonitos gestos, amables palabras, ánimos e incluso felicitaciones, sin embargo, ni siquiera hemos zarpado todavía. Pero gracias de todos modos.
¡Qué efervescencia, qué ambiente en el puerto!
LA SALIDA
20h30, hace más de un año que preparamos este momento. Pero hoy todo se desencadena tan rápidamente que tengo la impresión de no haber tenido tiempo de prepararme para zarpar... Es demasiado tarde, ¡hay que irse!
Reunimos algunas cosas dispersas en el muelle y recuperamos a nuestros hijos. Unas veinte personas, que están todavía presentes, nos acompañan a la Zanzibar. Los últimos abrazos son rápidos y felices.
20h45, se sueltan las amarras. Yann, Aurélie, Jérôme y Jean Baptiste nos acompañarán hasta la isla Moines donde pasaremos la primera noche.
Sólo después de haber dado media vuelta alrededor del puerto y de volver a pasar ante todas las personas que se reunieron en el muelle, haciéndonos grandes señales de adiós, finalmente me di cuenta de que zarpábamos.
La emoción, contenida hasta entonces, me invadió, no tanto por zarpar, sino por saber que todas las personas presentes esa noche nos animan y apoyan.
Os echaremos de menos. Algunas lágrimas corren por mis mejillas. Estamos lo suficientemente lejos del muelle, nadie me puede ver...
Zarpamos para un gran largo viaje…